¿Por qué hay tantas denominaciones protestantes? Una respuesta mordaz que destroza las falacias papistas
A los papistas con cariño:
La pregunta de por qué existen tantas denominaciones protestantes es, francamente, una de las favoritas de aquellos que necesitan un clavo en el que colgar sus acusaciones contra el protestantismo. Si eres un papista, probablemente ya estés salivando esperando que llegue esta pregunta para lanzarnos al rostro el «tema de las 60,000 denominaciones». Pero, ¿qué tal si te digo que este número es tan ficticio como la infalibilidad papal? En lugar de ver la pluralidad denominacional como un “caos” o “desunión”, deberías ver la libertad cristiana en acción. Es una vergüenza que mientras nosotros disfrutamos de una vibrante diversidad, la iglesia romana se quede atrapada en su propio suicidio intelectual, donde pensar por uno mismo es pecado. Pero no te preocupes, te lo voy a explicar de manera sencilla. Vamos a ver cómo la multiplicidad de denominaciones protestantes no solo es un testimonio de libertad, sino que también demuestra que el papismo es la verdadera causa de la fragmentación intelectual en el cristianismo.
1. La perspectiva protestante sobre la pluralidad denominacional: Libertad bajo el Espíritu Santo
Los protestantes, a diferencia de ciertos sectores paternalistas que prefieren que sus feligreses tengan pensamientos preempaquetados, ven la pluralidad como un reflejo de la libertad cristiana bajo la guía del Espíritu Santo. Imagínate: los protestantes pueden pensar por sí mismos. Pueden leer las Escrituras, interpretarlas y aplicar los principios a sus vidas de acuerdo con su contexto cultural. ¡Un concepto radical! ¿Te suena familiar, papista? Probablemente no, ya que la única «autonomía» en el catolicismo romano es la del Papa para dictar lo que está bien y lo que está mal. Mientras tanto, nosotros entendemos que las diferencias en la organización eclesiástica o los énfasis teológicos menores no son una crisis ni un obstáculo, sino una oportunidad para enriquecer la comprensión del Evangelio. ¡Pero claro, si eres papista, preferirías vivir bajo un régimen doctrinal donde ni siquiera podrías pensar que el Papa podría equivocarse! Pero no te preocupes, a nosotros nos va bastante bien así.
2. La evidencia histórica: La Reforma y el surgimiento de nuevas expresiones de fe
¿Sabías que la Reforma no surgió para crear un «caos denominacional», sino para recuperar el control de las Escrituras? Claro, la Iglesia Romana jamás lo habría permitido, ya que preferiría mantener todo bajo su tacón de hierro doctrinal. La Reforma permitió que los cristianos pudieran leer las Escrituras por sí mismos y, asombrosamente, eso condujo a una multiplicidad de enfoques teológicos. Ahora, en lugar de estar todos apilados bajo el magisterio papal, tenemos una diversidad rica que no divide sino que enriquece. ¿Diferencias sobre la Eucaristía? Claro, pero en lugar de declarar a unos y otros como herejes, los protestantes seguimos encontrando unidad en lo que realmente importa: Cristo, el Evangelio y las Escrituras. Mientras tanto, en el papismo, puedes estar seguro de que discrepar con el Papa es un pasaporte directo al infierno. ¡Dulce libertad, ¿verdad?!
3. La falacia de las «60,000 denominaciones protestantes»
Ah, la joya de la corona papista: las «60,000 denominaciones protestantes». Este número ha sido repetido hasta la saciedad, como si fuera una verdad revelada. Pero, y aquí viene la sorpresa, esa cifra es tan real como el Papa infalible. En realidad, el número de denominaciones teológicamente diferenciadas dentro del protestantismo es mucho menor. La mayoría de las denominaciones no son más que variaciones dentro de unos pocos grupos amplios: bautistas, presbiterianos, luteranos, metodistas, etc. Y las diferencias entre ellos suelen ser tan insignificantes como cuánto tiempo dura el servicio o quién puede administrar la Santa Cena. De acuerdo con el Centro de Investigación Pew, la cifra de «60,000» es una exageración grotesca. Si realmente fueras honesto, deberías preguntarte: ¿por qué hay más de 30,000 divisiones en la Iglesia Católica, pero se nos acusa de estar «divididos»? Claro, el catolicismo tiene «un Papa», pero esa unidad en realidad se basa en la uniformidad impuesta, no en la verdadera unidad doctrinal. Mientras los protestantes disfrutan de una libertad vibrante y de múltiples expresiones de fe, los católicos deben conformarse con el papel de títeres.
4. El suicidio intelectual del papismo
Ahora, hablemos de lo que realmente debería avergonzar a la Iglesia Católica Romana. Lo que muchos no se atreven a decir es que el papismo promueve el suicidio intelectual. El catolicismo no solo impide que sus feligreses piensen por sí mismos, sino que les exige obedecer ciegamente. El «pensar por ti mismo» es un acto tan peligroso como «herejía» para un católico devoto. La pregunta es: ¿cómo es posible que alguien se gloríe en este sistema? Mientras nosotros, los protestantes, nos deleitamos en la libertad cristiana de explorar y reflexionar sobre las Escrituras, los católicos siguen atrapados en la sombra del Papa. En lugar de fomentar la autonomía intelectual y la libertad religiosa, el papismo destruye cualquier intento de pensamiento independiente. ¿Glorioso? No, vergonzoso. Este tipo de «unidad» basada en la sumisión ciega no es algo digno de elogio, sino un insulto a la razón. Y en lugar de hacer una autocrítica, el papismo lanza acusaciones falsas sobre el protestantismo, como si la diversidad en nuestra fe fuera algo de lo que avergonzarse.
5. Agustín y la libertad interpretativa
San Agustín, ese gran teólogo que tanto veneran los católicos, nos dio un consejo sabio en su De Doctrina Christiana: la diversidad de interpretaciones puede ser una bendición si está basada en la fidelidad a las Escrituras y en la caridad cristiana. Esta idea está completamente en la raíz del protestantismo, donde las diferencias doctrinales son aceptadas dentro del marco de la unidad fundamental en Cristo. Y aquí es donde los católicos están atrapados: ni siquiera pueden aceptar una interpretación personal de las Escrituras sin que un Papa lo apruebe primero. ¡Felicidades por la libertad, realmente! Mientras tanto, nosotros seguimos aprendiendo, creciendo y reflexionando sin miedo de ser excomulgados por no estar de acuerdo con un hombre.
Conclusión
La multiplicidad de denominaciones protestantes no es un defecto, sino una victoria de la libertad cristiana que se manifiesta en una variedad de formas y prácticas que enriquecen la vida cristiana. Mientras tanto, el papismo sigue siendo el ejemplo clásico de suicidio intelectual, donde la sumisión ciega reemplaza el pensamiento libre. Lejos de ser un modelo a seguir, el papismo es la verdadera causa de fragmentación espiritual dentro del cristianismo. La falacia de las «60,000 denominaciones protestantes» no es solo una mentira infundada, sino una distracción que se utiliza para ocultar la verdadera falta de libertad y autonomía en la Iglesia Católica. La próxima vez que se te ocurra hablar de división en el protestantismo, recuerda que tu propio sistema ha sido mucho más perjudicial para la razón y la fe cristiana que cualquier cantidad de «denominaciones» protestantes.
Fuentes